El gran entrevistador Funes, que simuló por años independencia para luego presentarse como candidato de los violentos, presiona a los periodistas para que sólo le pregunten lo que a él le conviene. Nada de querer averiguar dónde está escondido "salvador" y especialmente por qué lo han quitado de los pósters y de la propaganda televisada. Los motivos los conocen de sobra muchísimos salvadoreños pero Funes finge ignorancia.
No cuesta imaginar el trato que Funes entrevistador le habría dado a un candidato de ARENA si el compañero de fórmula hubiera cometido un par de desfalcos, no digamos herir de bala a otro en una riña de cantina. Pero la gente debe ver las matanzas de miles o asesinar secuestrados a tiros como "parte de la lucha para alcanzar la justicia, promover el entendimiento y abonar a la convivencia fraternal entre los salvadoreños".
Vamos a otro escenario: a Funes le toca entrevistar a dos funcionarios de ARENA que acaban de anunciar un programa para ayudar a mujeres encintas y además compensar a familias que están recibiendo menos dinero de remesas de sus parientes que están en Estados Unidos.
"¿Digan ustedes señores areneros, cuánto dinero han asignado para ayudar a las miles de embarazadas que hay en todo el territorio? ¿De dónde van a sacar los fondos si los ingresos estatales son limitados? ¿Han calculado el costo de estar llevando en ambulancia o taxi a las embarazadas desde donde viven a los hospitales?" El gran inquisidor nunca soltaba el severo interrogatorio cuando tenía enfrente a funcionarios o personas de derecha.
Igualmente importante habría sido otra pregunta: "¿Van ustedes a socorrer a las embarazadas cuyos maridos las apalean y abandonan a sus hijos?"
Compensar las bajas en las remesas es todavía más disparatado, pues una familia puede pedirle al hermano o tío que no envíe más cheques; el gobierno se los dará. De inmediato el país entero se pondrá a vivir de pagos estatales. Como señaló Manuel Hinds, si las remesas bajan en un billón de dólares, el esclarecido gobierno de los comunistas va a pedir a Chávez o a las FARC que les donen ese dinero. Y además están las costaladas de otras promesas, desde construir miles de casas "dignas" hasta regalarles gasolina a los taxistas.
El anzuelo se traga una sola vez…
La farsa de las promesas choca con la realidad de lo que hacen los rojos en las municipalidades que controlan. Las obras de beneficio comunal son nulas, las ciudades y pueblos están en abandono, cunde la suciedad y son claras las alianzas de los ediles y dirigentes del partido rojo con mareros y criminales, además de ser el sostén de violentos como la BRES y la Brigada El Limón. La derrotada Reina de la Basura hundió a San Salvador en el vicio, la porquería y la delincuencia. En la Navidad no hubo luces porque casi todo el dinero que la municipalidad recauda de los ciudadanos contribuyentes lo usa para pagar a los activistas del partido.
Ningún estafador o charlatán queda pobre ofreciendo maravillas. Así operan los Madoffs (el que birló cincuenta billones de dólares a sus víctimas) y los que estafan a la pobre gente ofreciéndole quintuplicar el dinero que ésta les entrega.
Prometen, prometen y prometen, esperando que haya suficientes ciegos que los respalden. Pero al morder el anzuelo no habrá escapatoria…
No cuesta imaginar el trato que Funes entrevistador le habría dado a un candidato de ARENA si el compañero de fórmula hubiera cometido un par de desfalcos, no digamos herir de bala a otro en una riña de cantina. Pero la gente debe ver las matanzas de miles o asesinar secuestrados a tiros como "parte de la lucha para alcanzar la justicia, promover el entendimiento y abonar a la convivencia fraternal entre los salvadoreños".
Vamos a otro escenario: a Funes le toca entrevistar a dos funcionarios de ARENA que acaban de anunciar un programa para ayudar a mujeres encintas y además compensar a familias que están recibiendo menos dinero de remesas de sus parientes que están en Estados Unidos.
"¿Digan ustedes señores areneros, cuánto dinero han asignado para ayudar a las miles de embarazadas que hay en todo el territorio? ¿De dónde van a sacar los fondos si los ingresos estatales son limitados? ¿Han calculado el costo de estar llevando en ambulancia o taxi a las embarazadas desde donde viven a los hospitales?" El gran inquisidor nunca soltaba el severo interrogatorio cuando tenía enfrente a funcionarios o personas de derecha.
Igualmente importante habría sido otra pregunta: "¿Van ustedes a socorrer a las embarazadas cuyos maridos las apalean y abandonan a sus hijos?"
Compensar las bajas en las remesas es todavía más disparatado, pues una familia puede pedirle al hermano o tío que no envíe más cheques; el gobierno se los dará. De inmediato el país entero se pondrá a vivir de pagos estatales. Como señaló Manuel Hinds, si las remesas bajan en un billón de dólares, el esclarecido gobierno de los comunistas va a pedir a Chávez o a las FARC que les donen ese dinero. Y además están las costaladas de otras promesas, desde construir miles de casas "dignas" hasta regalarles gasolina a los taxistas.
El anzuelo se traga una sola vez…
La farsa de las promesas choca con la realidad de lo que hacen los rojos en las municipalidades que controlan. Las obras de beneficio comunal son nulas, las ciudades y pueblos están en abandono, cunde la suciedad y son claras las alianzas de los ediles y dirigentes del partido rojo con mareros y criminales, además de ser el sostén de violentos como la BRES y la Brigada El Limón. La derrotada Reina de la Basura hundió a San Salvador en el vicio, la porquería y la delincuencia. En la Navidad no hubo luces porque casi todo el dinero que la municipalidad recauda de los ciudadanos contribuyentes lo usa para pagar a los activistas del partido.
Ningún estafador o charlatán queda pobre ofreciendo maravillas. Así operan los Madoffs (el que birló cincuenta billones de dólares a sus víctimas) y los que estafan a la pobre gente ofreciéndole quintuplicar el dinero que ésta les entrega.
Prometen, prometen y prometen, esperando que haya suficientes ciegos que los respalden. Pero al morder el anzuelo no habrá escapatoria…
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