Una victoria del FMLN en las elecciones presidenciales del 15 de marzo obligaría al gobierno de Barack Obama a hacer una revisión total de la relación de los Estados Unidos con El Salvador, y podría requerir el "cese de los privilegios del TPS" para los salvadoreños y un "estricto control de las remesas", argumentaron ayer Dana Rohrabacher y Connie Mack, congresistas de los estados de California y de Florida, respectivamente.
"Si el FMLN llegase a ganar este domingo, El Salvador se convertiría rápidamente en un satélite y en un procurador de Venezuela, Rusia y quizás Irán", advirtió Mack durante la sesión del congreso, y agregó: "Necesitamos sopesar las potenciales ramificaciones de tal elección y su impacto en nuestras relaciones (con El Salvador), sobre todo en cuanto a las amplias y extendidas políticas sobre el TPS y sobre el flujo de remesas".
Rohrabacher insistió en que El Salvador ha sido un importante aliado de los Estados Unidos en el combate al narcotráfico y en la guerra de Irak, y de que, por lo tanto, los privilegios de legalización temporal para los inmigrantes salvadoreños ilegales han sido una merecida concesión a "un amigo". ¿Por qué, entonces, exigiría condiciones y restricciones para El Salvador si llegase a gobernar el FMLN?
"Mi propósito", aclaró Rohrabacher, "no es castigar a los salvadoreños, pero si un gobierno pro-terrorista toma el poder, será imperativo que revisemos nuestras políticas con el fin de proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos".
Tanto Rohrabacher como Mack son miembros del subcomité de asuntos hemisféricos, y tienen influencia y poder de decisión en la formulación y la legislación de la política exterior estadounidense en relación con temas de seguridad nacional.
Dado que El Salvador recibe cantidades multimillonarias de ayuda económica y técnica, así como consideraciones especiales como el TPS, es parte del trabajo legislativo de Rohrabacher y Mack revisar la política hacia El Salvador si ocurriera un cambio substancial o "radical" de gobierno.
El fin al TPS y a las Remesas
Si Mauricio Funes gana la elección del 15 de marzo Rohrabacher propone dos cambios a la política exterior hacia El Salvador: la terminación definitiva del TPS y el estricto control de las remesas.
"Si el FMLN asume el gobierno de El Salvador, será necesario que las autoridades de los Estados Unidos consideren los vínculos del FMLN con grupos violentos antiamericanos y con grupos identificados como terroristas y, sobre esa base, proceder a la terminación inmediata del TPS para El Salvador", indicó Rohrabacher.
En segundo lugar, indicó, un "gobierno del FMLN podría requerir el estricto control de las remesas".
"Dada la naturaleza pro-terrorista del FMLN, y sus vínculos con grupos terroristas", expuso Rohrabacher, "si el FMLN ocupa el gobierno en El Salvador, será urgente aplicar controles especiales al flujo de remesas de los Estados Unidos a El Salvador, que alcanza los cuatro mil millones de dólares por año".
Dado que las leyes anti-terroristas de los Estados Unidos se han endurecido desde el ataque a Nueva York y a Washington ocurrido el 11 de septiembre de 2001, si hay pruebas de que un gobierno constituye una amenaza a los intereses de seguridad de los Estados Unidos, Obama podría verse obligado a aplicar fuertes restricciones y controles a todas las fuentes de financiamiento hacia El Salvador.
"Este comité", afirmó Rohrabacher, "tendrá que examinar y considerar la terminación del flujo de las remesas a El Salvador, tanto de nuestro país, en nuestra moneda, o utilizando nuestro sistema financiero y nuestros medios de telecomunicaciones vía terrestre o satelital".
Este control, explicó el congresista, lo ejercerá el Departamento del Tesoro (Hacienda); en cuanto al TPS, el Departamento de Seguridad Nacional, "tendrá que llevar a cabo una revisión masiva de los salvadoreños que residen o entran ilegalmente a los Estados Unidos".
Rohrabacher y Mack sostuvieron que estas medidas serán necesarias porque "el FMLN sería un contraparte poco fiable".
"Si el FMLN llegase a ganar este domingo, El Salvador se convertiría rápidamente en un satélite y en un procurador de Venezuela, Rusia y quizás Irán", advirtió Mack durante la sesión del congreso, y agregó: "Necesitamos sopesar las potenciales ramificaciones de tal elección y su impacto en nuestras relaciones (con El Salvador), sobre todo en cuanto a las amplias y extendidas políticas sobre el TPS y sobre el flujo de remesas".
Rohrabacher insistió en que El Salvador ha sido un importante aliado de los Estados Unidos en el combate al narcotráfico y en la guerra de Irak, y de que, por lo tanto, los privilegios de legalización temporal para los inmigrantes salvadoreños ilegales han sido una merecida concesión a "un amigo". ¿Por qué, entonces, exigiría condiciones y restricciones para El Salvador si llegase a gobernar el FMLN?
"Mi propósito", aclaró Rohrabacher, "no es castigar a los salvadoreños, pero si un gobierno pro-terrorista toma el poder, será imperativo que revisemos nuestras políticas con el fin de proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos".
Tanto Rohrabacher como Mack son miembros del subcomité de asuntos hemisféricos, y tienen influencia y poder de decisión en la formulación y la legislación de la política exterior estadounidense en relación con temas de seguridad nacional.
Dado que El Salvador recibe cantidades multimillonarias de ayuda económica y técnica, así como consideraciones especiales como el TPS, es parte del trabajo legislativo de Rohrabacher y Mack revisar la política hacia El Salvador si ocurriera un cambio substancial o "radical" de gobierno.
El fin al TPS y a las Remesas
Si Mauricio Funes gana la elección del 15 de marzo Rohrabacher propone dos cambios a la política exterior hacia El Salvador: la terminación definitiva del TPS y el estricto control de las remesas.
"Si el FMLN asume el gobierno de El Salvador, será necesario que las autoridades de los Estados Unidos consideren los vínculos del FMLN con grupos violentos antiamericanos y con grupos identificados como terroristas y, sobre esa base, proceder a la terminación inmediata del TPS para El Salvador", indicó Rohrabacher.
En segundo lugar, indicó, un "gobierno del FMLN podría requerir el estricto control de las remesas".
"Dada la naturaleza pro-terrorista del FMLN, y sus vínculos con grupos terroristas", expuso Rohrabacher, "si el FMLN ocupa el gobierno en El Salvador, será urgente aplicar controles especiales al flujo de remesas de los Estados Unidos a El Salvador, que alcanza los cuatro mil millones de dólares por año".
Dado que las leyes anti-terroristas de los Estados Unidos se han endurecido desde el ataque a Nueva York y a Washington ocurrido el 11 de septiembre de 2001, si hay pruebas de que un gobierno constituye una amenaza a los intereses de seguridad de los Estados Unidos, Obama podría verse obligado a aplicar fuertes restricciones y controles a todas las fuentes de financiamiento hacia El Salvador.
"Este comité", afirmó Rohrabacher, "tendrá que examinar y considerar la terminación del flujo de las remesas a El Salvador, tanto de nuestro país, en nuestra moneda, o utilizando nuestro sistema financiero y nuestros medios de telecomunicaciones vía terrestre o satelital".
Este control, explicó el congresista, lo ejercerá el Departamento del Tesoro (Hacienda); en cuanto al TPS, el Departamento de Seguridad Nacional, "tendrá que llevar a cabo una revisión masiva de los salvadoreños que residen o entran ilegalmente a los Estados Unidos".
Rohrabacher y Mack sostuvieron que estas medidas serán necesarias porque "el FMLN sería un contraparte poco fiable".
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